Hace más de cinco meses atrás, cuando se comentaba por calles y plazas que nuestro Obispo por fin había aperturado la posibilidad de establecer una Mesa de Diálogo entre la Iglesia y el Comité Iqueños por la Restauración del Santuario de Luren, que al final fue un fiasco, una fea manera de maltratar a los honorables ciudadanos que integran este colectivo, porque aquello no fue diálogo sino un esbozo de conversación, un acercamiento planeado, por parte del Obispado, para presentar la verdadera propuesta que se traía entre manos: ofrecer edificar un nuevo templo, guardando el parecido, pero más grande y más ancho, con la condición de demoler al Santuario afectado por el terremoto. Por supuesto que el Comité rechazó de plano esta engañifa.
La cita del embuste fue el 26 de Junio del 2009 en la Casa parroquial. Pero 14 días antes, el suscrito en un artículo premonitorio, publicado también en la “Voz de Ica” con el título de “Si es posible Restaurar el Templo de Luren” saludaba la posibilidad del diálogo –al final nonato- pero además alertaba sobre el peligro de una tercera posibilidad que no debería prosperar en ese frustrado diálogo: hacer un nuevo templo bajo la pretensión de darle mayores dimensiones a las que tiene actualmente este edificio religioso, es decir adulterarlo, hacernos tragar el sapo de aceptar una edificación nueva con las características del “Falso Histórico” o “Falso Arquitectónico”. Y lamentablemente mis temores fueron ciertos. Esa fue la tónica que nuestro prelado ha mantenido hasta el momento, pretender destruir el templo herido y hacer otro a su medida, dizque, para darle mayor aforo, modernizarlo, hacerlo más fuerte, pero es aquí cuando le preguntamos al revés de lo que manifiesta la Autoridad Religiosa a manera de excusa: ¿Sr. Obispo Ud. puede asegurar, con papelito escrito, firmado y sellado por su Diócesis, que su creación, “más ancha y más larga” no se caerá cuando ocurra otro sismo de igual o mayor magnitud del ocurrido hace dos años?, ¿Nos asegurará Ud. que NO pasará lo acontecido en la Iglesia de San Clemente de Pisco?. Por supuesto que no lo hará. Doble contra sencillo.
Lo que sí ha asegurado públicamente su Eminencia y lo felicitamos por ello, que su periodo como Obispo de ésta Diócesis será de 30 largos años. Le auguramos sinceramente larga vida y buena gestión. Pero estos dos primeros han sido sinceramente indescriptibles y un fantasma parece lo perseguirá por el resto de su periodo: ser el primer religioso en pretender echar abajo a la Casa, el Templo, el Santuario histórico de la milagrosa imagen de nuestro Señor de Luren, el patrimonio de los iqueños, algo que no ha podido hacer la brutal fuerza de los temblores y terremotos ocurridos en éstos últimos 90 años.
La cita del embuste fue el 26 de Junio del 2009 en la Casa parroquial. Pero 14 días antes, el suscrito en un artículo premonitorio, publicado también en la “Voz de Ica” con el título de “Si es posible Restaurar el Templo de Luren” saludaba la posibilidad del diálogo –al final nonato- pero además alertaba sobre el peligro de una tercera posibilidad que no debería prosperar en ese frustrado diálogo: hacer un nuevo templo bajo la pretensión de darle mayores dimensiones a las que tiene actualmente este edificio religioso, es decir adulterarlo, hacernos tragar el sapo de aceptar una edificación nueva con las características del “Falso Histórico” o “Falso Arquitectónico”. Y lamentablemente mis temores fueron ciertos. Esa fue la tónica que nuestro prelado ha mantenido hasta el momento, pretender destruir el templo herido y hacer otro a su medida, dizque, para darle mayor aforo, modernizarlo, hacerlo más fuerte, pero es aquí cuando le preguntamos al revés de lo que manifiesta la Autoridad Religiosa a manera de excusa: ¿Sr. Obispo Ud. puede asegurar, con papelito escrito, firmado y sellado por su Diócesis, que su creación, “más ancha y más larga” no se caerá cuando ocurra otro sismo de igual o mayor magnitud del ocurrido hace dos años?, ¿Nos asegurará Ud. que NO pasará lo acontecido en la Iglesia de San Clemente de Pisco?. Por supuesto que no lo hará. Doble contra sencillo.
Lo que sí ha asegurado públicamente su Eminencia y lo felicitamos por ello, que su periodo como Obispo de ésta Diócesis será de 30 largos años. Le auguramos sinceramente larga vida y buena gestión. Pero estos dos primeros han sido sinceramente indescriptibles y un fantasma parece lo perseguirá por el resto de su periodo: ser el primer religioso en pretender echar abajo a la Casa, el Templo, el Santuario histórico de la milagrosa imagen de nuestro Señor de Luren, el patrimonio de los iqueños, algo que no ha podido hacer la brutal fuerza de los temblores y terremotos ocurridos en éstos últimos 90 años.
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