sábado, 13 de febrero de 2010

Sin diálogo no habrá soluciones (I parte)


Cuando las personas que tienen opiniones distintas o contrapuestas sobre un mismo asunto, recurren al diálogo, a la conversación alturada, a la entrevista cordial e inteligente para hallar puntos de coincidencia y de solución. Cuando una de las partes descalifica a la otra, la desconoce, la engaña o la excluye jamás habrá diálogo y menos soluciones.

Esta es la situación que innecesaria e improductivamente mantiene el Obispo local al insistir en destruir al histórico Santuario de Luren y reemplazarlo por otro, cuando voces autorizadas y de prestigio le han dicho que es posible salvarlo, reforzarlo y ponerlo en valor. Pero él no quiere. Persiste en su ánimo demoledor, rechazando, excluyendo y amenazando con denunciar por “inmiscuirse en asuntos que no son de su competencia” al Comité Iqueños por la Restauración del Santuario de Luren, cuyo único pecado ha sido interceder para el rescate de éste ícono de la religiosidad iqueña e intentar, sin éxito, entrevistarse con el Obispo Vera. Los católicos de esta Región y de todo el país observan anonadados como se ha manejado este tema. La única vez que pudo realizarse una conversación entre las partes en discordia sólo fue un lamentable episodio donde hubo todo menos diálogo. Incluso el Obispo ha sabido decir que éste acercamiento fue sin su consentimiento. Increíble y lamentable. Sin comentarios.

Entendemos que Obispo chiclayano no conozca la historia del templo y de nuestra ciudad a pesar de los dos años que tiene como autoridad, pero le decimos que este Santuario fue hecho con alegría, con esperanza, con cariño de los humildes y desposeídos, por dar un cobijo digno a nuestro Santo Patrono y por ello no se dudó en brindar el esfuerzo, tiempo y dinero para su construcción. Revise su Eminencia los anales de la historia local y concordará con los miles de iqueños que este Templo fue hechura de la gente humilde y trabajadora, por hombres y mujeres que legaron a la posteridad la fortaleza de su fe y de su amor por ser mejores cristianos. Por ello, los herederos de éstas generaciones de constructores, si tenemos voz y voto para opinar sobre el futuro de nuestro Santuario de Luren. La historia no puede ser borrada por quienes desconocen nuestros derechos. La historia no se hace por decretos, se escribe día a día.

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