viernes, 24 de julio de 2009

Como disfrutar el Pisco




El Pisco, por tener un alto grado alcohólico, es un gusto adquirido. Es decir te gusta o no te gusta. Si nunca se ha tomado, hay que aprender a hacerlo.
Tomarlo puro es la mejor forma de apreciarlo en todas sus dimensiones, y hay que hacerlo en sorbos, poco a poco. Como dicen algunos el pisco se bebe a besos.

Antiguamente se tomaba seco y volteado, practica muy difundida y pintoresca pero que tiene un gran defecto: nos impide encontrar la sutileza, la belleza, las variadas sensaciones que despierta en la nariz y en la boca, que lo hacen tan singular y sofisticado como bebida.

El Pisco es una de las bebidas más versátiles para su uso en la coctelería y no solo en los muy tradicionales Pisco Sour, Pisco Punch, Capitán, Algarrobina o Chilcano. El pisco es el mejor aguardiente para la preparación de macerados, además puede ser usado para preparar cualquier coktail como un daiquiri, Cosmopolitan, Apple Martini, entre otros, vale decir se pueden realizar todos los tragos a base de vodka, ron o gin y más aún maximizar la experiencia usando los distintos tipos de pisco como aromático, no aromático, acholado, o mosto verde en sus diversas variedades de cepas pisqueras.

Puede beberse con gaseosa de cola, ginger ale, agua mineral, hielo o bien frío como otros aguardientes.

Décima al Pisco




El regio whisky escocés
dio prestigio a Gran Bretaña
el vino llego de España
y el buen cognac es francés,
el sake es muy japonés
el Bloody Mary es haitiano,
y el tequila mexicano

En muchas partes se impuso
al igual que el vodka ruso
y el famoso ron cubano.
Pero todos estos goces
se inclinan ante el portento
de un néctar de monumento

Preferido de los dioses.
En la china lo conocen
lo exigen en Senegal,
en Tailandia o en Nepal
República Checa y Aruba
saben que el licor de uva
es un placer sin igual.

Borbotones de ambrosia
erupcionan en las jarras,
lagrimones de las parras
nos deleitan con porfía,
aromas de fantasía.

Jubileo en las gargantas
sabroso puro quebranta
mosto verde idolatrado
y un venerable acholado
que las penurias espanta

Este regalo sin par
patrimonio del Perú
nuestros vecinos del sur
se lo quieren apropiar.
No te dejes madrugar

El pisco es de tu tierra
y, si a lo tuyo se aferra
cualquier amigo de Chile
con orgullo corre y dile:
!no ganaras esta guerra!
El pisco es, mis hermanos
como conclusión feliz
oriundo de mi país

Y pendón de los peruanos.
Ya es hora que al araucano
se le deba poner coto,
el pisco es cholo, no es roto
y graben bien este disco:
nuestro pisco nació en Pisco
en tiempos ya muy remotos.

Anónimo

jueves, 23 de julio de 2009

El Pisco Sour



El cóctel llamado Pisco Sour se originó en el Perú allá por los años de 1915 y más en el “Bar Morris”, en la calle Boza 847, en el Jirón de la Unión del centro de Lima, en el cual se ofrecía como una novedad un coctel elaborado a base de pisco, jugo de limón, clara de huevo y azúcar, bautizándolo con el nombre de Pisco Sour, inspirado en el famoso whisky Sour. Allí habría sido preparado por los barmen peruanos Alfonso Bregoye, Graciano Cabrera y Alberto Mezarina. El inventor de la fórmula fue el californiano Víctor V. Morris, propietario del mencionado Bar.


Este trago fue creado agregando, a la tradición inglesa del Sour, varios otros ingredientes, que en conjunto, equilibran la acidez del limón del Perú. Desde entonces y por su sabor, este aperitivo se ha difundido sin cesar no solamente en el Perú sino en los países a donde llegó gracias a los restaurantes de comida peruana. El Investigador César Ángeles Caballero agrega que el nacimiento real de ésta bebida fue en fecha anterior, en el campamento Minero de Cerro de Pasco, donde W. Morris preparaba ya su famoso pisco Sour para complementar la demanda por el whisky Sour de sus paisanos trabajadores radicados en el enclave minero. Cuando cierra ese bar en Pasco y lo reabre en la calle Boza, en el centro de Lima, con el mismo nombre, se instala el Pisco Sour en la capital. Pero, sus barmen en la sierra también “bajaron” y se instalaron nada menos que en el hotel Maury. De allí que la misma versión de ésta coktail aparece es más de un lugar a la vez.
El Pisco Sour es considerado el cóctel más tradicional preparado en base al pisco, recibiendo la consideración de bebida nacional peruana.
También se ha institucionalizado el Día del Pisco Sour que se celebra el primer sábado del mes de febrero, según lo dicta la Resolución Ministerial Nº 161-2004-PRODUCE del 22 de abril de 2004.

Pisco Sour Original
3 onzas de un buen pisco
1 onza de jugo de limón
1 onza de jarabe de goma
(Se puede reemplazar con 3 cucharadas de azúcar blanca)
1 clara de huevo
5 cubitos de hielo
2 gotas de amargo de Angostura.

Preparación
Batir en una coctelera los hielos con el pisco, el limón, el jarabe de goma y la clara de huevo hasta que no se escuche el golpe de los hielos. Usando una licuadora se bate por un minuto y solo al final se añade la clara de huevo dando un golpe de licuadora de no más de 4 segundos.

Para servir, se recomienda cuidar de llenar el vaso hasta la mitad, procurando que no pase mucha espuma, finalizando se agrega las dos gotitas de amargo de Angostura.

La cata del Pisco


Si Ud. ha bebido Pisco iqueño le debe interesar que pasos hay que seguir para disfrutar plenamente de nuestra bebida de bandera.
Empecemos diciendo que la cata es un concepto técnico que implica analizar, identificar y apreciar mediante los órganos de los sentidos las propiedades organolépticas de alimentos sólidos y líquidos. Y para que Ud. sepa que está tomando un buen Pisco, tenga en cuenta lo siguiente:

En Vista
Color: ausencia de color. El buen Pisco debe ser totalmente incoloro y transparente.
Limpidez: No debe presentar partículas en suspensión, fondo o superficie de la copa, ni opacidad y turbidez.
Brillantez: El brillo se observa por la luz que se refleja en la bebida misma y varía de acuerdo a cada pisco y su forma de elaboración.

En Naríz
Al oler la copa de pisco, el alcohol no debe ser agresivo sino ligero y amable. Se resaltarán lo olores de la uva relacionados con cada tipicidad, así como aromas a otras frutas maduras (pasas, melocotón, plátano, lúcuma, higos, pecanas) y flores (jazmines, geranios, rosas, azahares).
Estos matices varían de acuerdo a la descripción aromática de cada variedad pisquera, descritas por INDECOPI en la Norma Técnica Peruana NTP 211.001.

En Boca
El alcohol es la primera sensación que impactará en el sentido del gusto, debe ser equilibrado y guardar armonía con los aromas. Es cálido y no quemante, y aportará el sabor dulce que resaltará y ratificará las características frutales o florales que se han identificado mediante el sentido del olfato, las cuales deben persistir y permanecer en la boca por varios segundos.
foto: Ronny Galindo

El Pisco ya tiene su copa


El Estado Peruano confirmando su intención de obtener la Denominación de Origen ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y la mayoritaria aceptación de la comunidad mundial para su producto de bandera: el Pisco, recibió por iniciativa de empresarios peruanos la confección de una formidable y elegante copa de cristal producida por la empresa austriaca Riedel Glass Corporation, la misma que previamente había diseñado copas para otras bebidas poseedoras de su respectiva denominación de origen tales como: cognac (Francia), brandy de Jerez (España) y tequila (México).

La copa fabricada de fino cristal ha sido denominada como “La Copa Oficial del Pisco” o también como “La Copa Pisco Perú”. La presentación se llevó a cabo oficialmente en Mayo del 2006, en Viena, Austria y participaron de esta develación el entonces Presidente Alejandro Toledo, el Sr. Efraín Wong, Director de Operaciones de Wong, el Sr. George Riedel, CEO de Riedel Glass Corporation y el Sr. Padelis Paliouras Vicepresidente para América Latina y el Caribe de Riedel.

Esta copa es similar a la silueta de una flor, el tulipán, para demostrar la delicada calidad del producto; el largo tallo de la copa logra dar una sensación de gracia y respeto por el licor. La copa Riedel fue presentada el 24 de Julio del 2006 en Palacio de Gobierno ante los empresarios más importantes y aquellos relacionados con el campo vitivinícola.

La Peruanidad del Pisco


Mucho antes que Perú y Chile expusieran la polémica internacional sobre el origen del Pisco –y los consecuentes derechos por la denominación de origen y por su comercialización mundial- fue el Dr. César Ángeles Caballero quien en 1972, en su libro “La Peruanidad del Pisco” expuso con detalle y abundantes argumentos sobre el origen peruano de la palabra Pisco y su asociación indesligable con el aguardiente de uvas producido en los valles costeros de Ica y embarcados por el puerto de Pisco desde que los españoles trajeron las primeras cepas de vid al continente americano.

El Dr. Ángeles Caballero es su búsqueda acostumbrada de bibliografía para uno de sus libros, se topó con la revista chilena “Hechos Mundiales” y vio en una de sus carátulas una botella del aguardiente chileno que decía “Valle pisquero de Elqui”. Se indignó y se propuso investigar sobre la peruanidad del Pisco.

El Dr. Ángeles argumenta diciendo: “Así como el DNI a usted lo describe y le da identidad, el DNI del aguardiente peruano es la palabra PISCO. Somos tontos los peruanos en querer pelearnos con Chile. Lo único que había que hacer era demostrar que la palabra pisco es peruana”.

Han transcurrido desde entonces 37 años pero su propuesta no ha sido encausada debidamente en los escenarios internacionales, siendo su tesis original desconocida y hasta olvidada.
Dice el autor: “Es un tema netamente lingüístico y lexicográfico. La palabra quechua (o paracas) “pisko” significa ‘avecita’. En la actual Pisco había muchas avecitas y los antiguos peruanos, como muchos pueblos, llamaban al lugar por su característica topográficas o geográficas, así como Lima viene de ‘Rímac’ = río que habla. A los habitantes de esas zonas, que eran alfareros, se les llamó también ‘piscos’. En la colonia, a las botijas se les llamó ‘piscos’ y como en ellas se envasaba el aguardiente, dicho aguardiente pasó a identificarse con el nombre del recipiente que lo contenía. La palabra, además, es también un apellido: hay Piscoya, Pisconte, Piscocoya. Así mismo la palabra Pisco forma parte de un gran número de pueblos, comarcas y caseríos peruanos, como Piscohuasi (Casa de pájaros) en Ancash; Piscotuna (fruta de pájaros) en Ayacucho; Piscopampa (Pampa de pájaros) en Arequipa; Piscobamba (Llanura de pájaros) en Apurimac, entre otros.

“La Vendimia”, “Diccionario del Pisco” y “Peruanidad del Pisco”.
Libro triple publicado por la editorial Nueva Educación en 1972.
Autor: César Ángeles Caballero

Aguadillo: costumbre de beber pisco o cachina durante la poda de la uva.
Arizola: pisco de baja calidad.
Bajamar: copa de pisco que se toma después de los alimentos.
Beatríz: pisco, jarabe de granadino, crema de leche, canela y crema de cacao.
Biblia: pisco, oporto, yema de huevo, crema de cacao, curasao, canela y hielo.
Botija: legendario recipiente de arcilla que se utiliza para conservar el pisco.
Caballazo: beber pisco en su misma botella, por ejemplo: "se empujó un caballazo".
Calentito: pisco con limón y té caliente.
Canario: pisco con jugo de naranja.
Capitán: pisco aromático con vermut.
Copeo: beber pisco.
Chilcano: pisco aromático con ginger ale, gotas de amargo de Angostura, limón y hielo.
Chivato: pisco de pésima calidad, por ejemplo: "este pisco es chivato".
Cubas: grandes recipientes para guardar pisco.
Empujar: apurar un trago de pisco
Melate: mezcla de vino dulce con pisco.
Mulita: pequeña botella de pisco.
Oficina: lugar donde se elabora el pisco. Sinónimo de bodega.
Piscología: afición al consumo de pisco.
Pisquero: bebedor consuetudinario de pisco. Conocedor de piscos.
Res: botella de 750 ml llena de pisco, por ejemplo: "... sírvanos media res".
Trancazo: beber una copa de pisco de un solo sorbo, por ejemplo: "fulano se empujó su pisco de un trancazo"
Zampado: borracho, por ejemplo: "fulano ya está zampado".

Dr. Cesar Ángeles Caballero es un investigador académico peruano nacido en Caráz el año 1935.
Doctor en Literatura.
Doctor en Periodismo
Bachiller en Humanidades
Rector Emérito de la Universidad Nacional “San Luis Gonzaga” de Ica
Ex Vice-Rector de la Universidad Peruana de las Américas
Palmas Magisteriales del Perú: Maestro Comendador.
Palmas Magisteriales Ancashinas.
Miembro de Honor de la Academia del Pisco
Actual Presidente de la Comisión Organizadora (Rector) de la Universidad de Ciencias y Humanidades

El Pisco y el Aguardiente Chileno


Nuestro Pisco reúne por lo menos cinco características que lo hacen diferente y único respecto al aguardiente producido en Chile, quien compite deslealmente con nosotros en los mercados del mundo usando un nombre que no les corresponde: Pisco.
El producto peruano es muy diferente al chileno por las consideraciones que sucintamente se exponen:

Cinco diferencias del Pisco con el Aguardiente chileno

1º La variedad de uva utilizada como materia prima:
Una de las grandes diferencias entre el auténtico Pisco y los aguardientes de uva chilenos es que los insumos utilizados en su elaboración -artesanal e industrial- no se limitan a las variedades de uva aromática tipo moscatel. En realidad el énfasis está puesto, como debe ser, en el sabor y no en el aroma. Por ello las variedades de uva más usadas son la Quebranta (mutación propia del Perú) y, en menor cuantía, la Negra Corriente y la Mollar, variedades no aromáticas.

2º La NO rectificación de los vapores:
El proceso de destilación empleado para la elaboración del Pisco se efectúa en alambiques o falcas de funcionamiento discontinuo y no en alambiques continuos como los realiza los vecinos del sur. Ello con el objeto de evitar que se eliminen muchos elementos constitutivos del verdadero Pisco al rectificarse los vapores producidos al momento de su destilación.

3º El tiempo entre la fermentación de los mostos y el proceso de destilación:
Conforme a la definición del Pisco, éste proviene de la destilación de caldos o mostos "frescos" es decir recientemente fermentados. El tipo de procesamiento evita que el caldo o mosto de uva fermentado permanezca durante muchos meses antes de ser destilado o que se utilicen vinos hechos, como ocurre en Chile.
Actualmente en el Perú los alambiques para la elaboración de Pisco deben cumplir con los requisitos establecidos por la Comisión de Supervisión de Normas Técnicas, Metrología, Control de Calidad y Restricciones Para-Arancelarias del Instituto Nacional de Defensa del Consumidor y de la Propiedad Intelectual (INDECOPI).

4º No tiene ningún agregado:
En el Perú, el proceso de destilación no se paraliza sino hasta el momento en que se haya obtenido el Pisco a nivel alcohólico de 42º o 43º grados Gay- Lusac promedio. No se agrega ningún elemento adicional con la finalidad que no pierda su cuerpo, color y demás características que lo distinguen.
En Chile, los productores vitivinícolas están amparados por ley para rebajar el grado alcohólico obtenido en sus aguardientes, mezclándolos con agua tratada o desmineralizada, así como la conservación en recipientes de madera para su añejamiento, adquisición de un color y aroma característico. Los chilenos no acostumbran beber su aguardiente en estado puro.

5º Proceso de obtención del contenido alcohólico:
Al iniciarse la destilación de los mostos frescos la riqueza alcohólica del producto destilado es alta, llegando aproximadamente a 75º grados Gay-Lusac. Conforme se prolonga el proceso, el grado alcohólico va disminuyendo, permitiendo, de esta manera, que otros elementos que constituyen el Pisco se vayan integrando al destilado. De acuerdo a la pericia y la tradición del pisquero peruano esta operación se prolonga hasta que el nivel alcohólico ha bajado a 42° o 43° en promedio, pudiendo bajarse hasta 38 grados Gay-Lusac.

Las razones históricas, geográficas, toponímicas abundan para demostrar con amplitud la procedencia peruana del vocablo “pisco” desde hace muchos siglos atrás y la indesligable ligazón con el aguardiente de uvas que tomó su nombre por extensión. Tenemos una ciudad, un puerto, un rio y una provincia con éste nombre, referente que nos ha permitido demandar, en Julio del 2005, el ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) el registro internacional de la Denominación de Origen ”Pisco” para uso exclusivo del licor producido en el Perú, asunto pendiente a resolver, que sin embargo cuenta con la aprobación favorable de 14 de los 25 países que integran este organismo internacional con sede en Lisboa, Portugal.
Por las consideraciones expuestas, es incorrecto llamar a nuestra bebida con el nombre de “Pisco Peruano” por que únicamente hay un Pisco en el mundo y ese es hecho en el Perú.

Piscos del Perú


El Pisco es el aguardiente de uva obtenido de la destilación de los caldos frescos de la fermentación exclusiva del mosto de uva (jugo de uva), siguiendo las prácticas tradicionales establecidas en las zonas, productoras previamente reconocidas y declaradas como tales por la legislación nacional. Las únicas zonas productoras de Pisco son la costa de los departamentos de Lima, Ica, Arequipa, Moquegua y los valles de Locumba, Sama y Caplina del Departamento de Tacna en el Perú.

Existen tres grandes categorías de piscos:
• Pisco Puro
• Pisco Acholado
• Pisco Mosto Verde

Dentro de cada una podemos distinguir distintas variedades, de acuerdo a las uvas utilizadas:
PISCO PURO: este nombre se usa generalmente para llamar al pisco iqueño de uva Quebranta. Los productores de esta zona llamaban a su pisco “Puro de Ica”, expresión localista que quería decir que no contenía uvas de ningún otro lugar. Entonces de ahí se fue adoptando y extendiendo el nombre.
Los piscos puros se dividen a su vez en dos tipos: los no aromáticos y los aromáticos.

Pisco puro no aromático
Es el elaborado con una sola uva de variedad no aromática, como la Quebranta, la Mollar, Negra Criolla o Uvina.
La característica general de estas uvas (y por tanto de los piscos que de ellas se obtienen) es que no poseen una estructura aromática importante. Todas tienen cierto aroma, pero no son extremadamente perfumadas. Donde sí muestran todo su esplendor es en boca. Tienen mucho sabor y es allí donde se disfrutan.

Pisco Puro Aromático
Es elaborado con alguna de las uvas aromáticas, como Albilla, Italia, Moscatel o Torontel. Dentro del universo de estos piscos, unos tienen más aroma que otros, dependiendo de la uva que se utilice. Tienen una estructura olfativa más compleja, con aromas marcados a flores, frutas, entre otros, que al probarlos se destacan y perciben tanto en la nariz como en la boca.

Acholado
Es un pisco para el que se usan dos o más cepas distintas, aromáticas y no aromáticas. Hay dos formas de hacer pisco acholado. La primera es mezclando racimos de distintas cepas antes de la pisa de la uva, que es la forma antigua y tradicional de elaborarlo. La segunda manera, es desarrollando dos o más piscos por separado y “ensamblándolos” después. Un argumento que valida este método es el que las diferentes uvas maduran en distintas fechas, por lo cual al acholar las cepas todas juntas, no se están aprovechando el mejor momento de vendimia de cada una de ellas.
Los sabores y aromas del pisco acholado dependerán de las cepas que elijan los productores y las características que cada una de estas le brinde a la bebida.

Mosto Verde
Es un pisco distinto de los otros, pues no se diferencia solo por el tipo de uva, sino también porque varía un poco el proceso de su elaboración. Este pisco proveniente de la destilación de mostos frescos incompletamente fermentados, es decir se elabora con mostos que no han terminado su proceso de fermentación. En otras palabras, se destila el mosto antes de que todo el azúcar se haya transformado en alcohol. Es por eso que requiere de una mayor cantidad de uva lo que encarece ligeramente el producto.
El mosto verde es un pisco sutil, elegante, fino y con mucho cuerpo. Posee una variada estructura de aroma y sabores, y además una sensación táctil en la boca. La escasa cantidad de dulce en el mosto le transmite una característica muy particular aportando "cuerpo" a su estructura y una sensación "aterciopelada", por lo que el pisco resulta más suave en boca, untuoso y aterciopelado. En Ica este pisco se hace con Quebranta y en el sur se usa la Italia, pero en realidad podría hacerse con cualquier uva pisquera.

miércoles, 22 de julio de 2009

Las Uvas Pisqueras del Perú


Según lo establecido mediante Norma Técnica (NTP 211.001.2002) del 6 de noviembre de 2002 las uvas que son utilizadas en el Perú para la producción de Pisco, son las siguientes:

UVAS NO AROMÁTICAS

Quebranta
Es una de las variedades que posee bayas casi redonda, hollejo duro y grueso, es de tonalidades rojo-azuladas, con la particularidad de que no colorea todo el racimo, su pulpa es carnosa y dulce, pero un poco áspera al paladar. Su tamaño y coloración dependen de diversos factores relacionados con su cultivo. Puede considerarse como una variedad peruana por excelencia debido a que no guarda similitud con aquellas conocidas en otras partes del mundo Las más importantes plantaciones de esta variedad se encuentran en los calurosos valles iqueños. Esta uva produce frecuentemente piscos de un alto tenor alcohólico, de gran intensidad y complejidad en boca. Aporta aromas tenues, algo difíciles de apreciar en nariz, pero que en boca alcanzan su máximo esplendor. Sus aromas y sabores recuerdan a heno, plátano, lúcuma, granadilla, con final a chocolate y pasas negras. Un festín gustativo.

Negra Criolla
Esta uva es de los valles de Moquegua y Tacna, posiblemente la más antigua de las variedades traídas por los españoles. Tiene bayas redondas de tamaño mediano que van de los tonos violeta-rojo al rojo azul, irregularmente coloreadas; presenta racimos en forma cónica y de abundante producción. Se obtienen piscos muy agradables y estructurados en boca, de sabores amables y bien constituidos, con muy buena persistencia. En nariz evocan ligeros aromas a verde pasto recién cortado.

Mollar
Variedad de color cobrizo-lacre. Se produce en muy poca cantidad y por lo general se le encuentra mezclada en los viñedos de uvas quebranta.

Uvina:
Cepa tradicional del valle de Lunahuaná, presenta bayas pequeñas de tono azul-negro, racimo grande y muy abundante.
Se desconoce su origen, pero se ha adaptado bien a las condiciones de suelo y clima de Lunahuaná, Pacarán y Zúñiga, (Cañete). “No hay otro lugar en el Perú ni en el mundo donde crezca la uvina”
Los piscos que producen son agradables y bien estructurados, con una nota verde, similares al Quebranta, pero con un poco mas de astringencia que este.



UVAS AROMÁTICAS

Italia
La más utilizada de las variedades aromáticas, es cultivada en todas las regiones productoras de pisco del Perú, de producción abundante y racimos copiosos, la baya es ovalado-alargada. La uva Italia produce piscos con aromas amóscatelados, muestra un estructura amplia en nariz, con reminiscencia a frutas tropicales, mango, melocotón, piña madura, y tonos florales que nos recuerdan a jazmín y pétalos de rosa, con un final a pasas rubias.

Moscatel
Esta variedad es de poca producción en el Perú, debido a su bajo rendimiento. Sus bayas redondas presentan tonos rojo-azulado y lacre y sus racimos no muy abundantes. Reconocida entre todas las aromáticas como la que produce los piscos más exquisitos elegantes y sofisticados.

Torontel
Esta variedad pertenece a la familia de los moscatos. Esta variedad tiene piel color verde pálido, pero por la acción de los rayos del sol las uvas pueden tornarse de un tono dorado-tostado. Ofrece aromas amóscatelados, similares a la uva Italia, pero de mayor finura. Sus piscos son elegantes, de aromas delicados y bien estructurados, con notas que recuerdan a frutas tropicales y flores blancas, jazmín y magnolias.

Albilla
Variedad de racimos grandes y forma cónica, que pueden llegar a pesar hasta dos kilos. Las bayas son redondas, traslucidas, de tamaño mediano, de tonalidad entre verde claro y amarillo. Produce piscos de aromas frescos y gustos muy delicados. El pisco de Albilla tiene una buena estructura en boca, con peso y aterciopelado. Esa uva es exquisita en piscos puros, pero es en los acholados en donde muestra mayor personalidad y características más interesantes, aportando cuerpo y aterciopelando el producto. Esta cepa tiene menos perfume que las otras aromáticas, pero combinada con otras variedades redondea el pisco confiriéndole gran suavidad.

El Festival Internacional de la Vendimia Iqueña


La fiesta tradicional más importante del calendario cívico del pueblo iqueño es sin dudas el Festival Internacional de la Vendimia. Ica es ancestralmente identificado como un valle vitivinícola, cuna del aguardiente de uvas que adoptó históricamente el nombre del puerto de embarque, la ciudad, el rio y la vasija que lo contenía (PISKO) desde los primeros años de la dominación española en el Perú.

La vendimia (recolección y cosecha de la uva) es el homenaje de los iqueños a la vid y a sus frutos, a la generosidad de la fértil tierra, al esfuerzo de los hombres y mujeres del campo, a los productores por su dedicación y su actividad emprendedora en la transformación magistral de éstos dulces jugos en la embriagante cachina, los delicados vinos y los vigorosos piscos orgullo de una región que progresa.

La Vendimia no es el simple acto de despojar a los parrales de los bellos racimos de uvas. La vendimia es un acto de fe, un ritual de agradecimiento a la naturaleza que se corona con la fiesta de un pueblo que cree en la vitalidad de su entrega y de su trabajo. La fiesta de la vendimia transforma la vida de varias ciudades del país, como Cañete, Chincha, los valles productores de Arequipa, Moquegua y Tacna, conformantes de la Ruta Turística del Pisco en el Perú. Pero Ica es el centro principal de la gran festividad que trastoca la cotidianidad de la vida citadina y del campo, todos los años en el mes de Marzo. La Vendimia Iqueña es el equivalente, por su emotividad y efervescencia, de la Fiesta de San Juan en la amazonía.

Largo sería describir la historia de esta festividad de la uva. Pero algunas pinceladas nos ilustrarán: La primera celebración pública de este acontecimiento ocurrió en 1938 con el nombre de “La Semana de la Uva y del Vino” celebrado del 26 febrero al 03 de marzo de 1938 y tuvo como soberana de éste certamen a la bella Rosa Gotuzzo Fernandini. Durante el lapso de 20 años no hubo otro evento igual, reiniciándose a partir de 1958, siendo la Reina del naciente Festival de la Vendimia la bella dama Matilde del Solar Kreitz (actualmente honorable Regidora de la Municipalidad Provincial de Ica).

Desde el año 1965 este Festival adquiere el carácter de Internacional, siendo la Reina de aquella edición la Srta. Guisela Fernández Cristini. Durante estas 44 ediciones el Festival ha sido organizado y administrado por la Municipalidad local. La última Reina del FIVI 2009 es la Srta. Sara Navarro Zea. Hasta la fecha hemos tenido cincuenta hermosas damas que se han ceñido el cetro y la corona de soberanas de la Fiesta de la Uva. Solamente en los años de 1963 y 1998 se suspendió la realización del certamen por los desbordes del Rio Ica que produjo sendas inundaciones que ocasionaron enorme pérdidas en importantes sectores de la ciudad.

La gran Fiesta de la Uva tiene una duración mínima de diez días y durante estas fechas el programa de celebraciones es muy amplia: Elección y Coronación de la Reina del FIVI, actos protocolares y de homenajes, visitas a las principales bodegas productoras del Valle, realización de diversos concursos (de la cachina y del pisco; gastronómico, de Marinera; de Caballos de Paso; danzas; canto; canino, etc.), visita de bellas representantes de países que hermanos, oportunidad también para la exposición venta de productos agropecuarios, agroindustriales y artesanales, realización de shows artísticos musicales, bailes populares, el tradicional corso de carros alegóricos, actividades todas que enmarcan la alegría de un pueblo en la celebración y homenaje a la uva.



Sara Navarro Zea, de 17 años, elegida como Reina de la 44º edición del FIVI 2009
Estudiante de Administración Hotelera de la Universidad San Ignacio de Loyola y del Centro de Idiomas de la Universidad Católica de Lima

viernes, 17 de julio de 2009

El Día Nacional del Pisco


El Perú es un enorme y variado mosaico de razas, idiomas, costumbres, latitudes geográficas, e identidades que nos ha hecho distintos y hasta opuestos en temas trascendentales. Pero en la última década, temas ajenos a la política y al deporte -para lo cual somos diferentes y hasta antagónicos- han ido ganando consenso entre la población. Dos de ellos son los que nos otorgan un enorme realce, nos hacen sentir orgullosos como peruanos; el primero de ellos es nuestra gastronomía y sus múltiples presentaciones de sabor y color. La otra es la valorización de nuestra bebida de bandera: El Pisco del Perú.

Decir Pisco, nos evoca al antiguo aguardiente de uvas reinventado por nuestros abuelos desde la época del coloniaje español, ha sido para los iqueños, varios siglos de experiencia en la práctica de destilar magistralmente el néctar de las uvas y la obtención de una espirituosa bebida que ha encandilado a todo mortal que la haya saboreado.

Para los peruanos, donde quiera que se encuentren, dentro o fuera del país, hablar sobre nuestra gastronomía y en especial sobre el Pisco siempre será un tema de amor propio, de sentirnos plenos, de saber que son incontrastablemente nuestros. La amalgama de experiencias, sabiduría y excelentes materias primas dieron resultados portentosos en estos dos campos.

Brindar con Pisco nos gratifica, sea como aperitivo o bajativo. Beberlo es toda una experiencia, es el disfrute aromático y gustativo de muchos elementos placenteros que explotan deliciosamente en nuestro paladar. Saborearlo es evocar a nuestra tierra, a los recuerdos más queridos de nuestro pasado histórico y personal.

Siempre resultará satisfactorio escribir sobre un tema que provoca afecto social, que aglutina pareceres similares en la inmensa mayoría de peruanos. El Pisco es un legado que los iqueños llevamos con dignidad y con amor. Nuestro Pisco tiene hasta tres distinciones nacionales y una regional: ha sido declarado Patrimonio Cultural de nuestra Nación, tiene un Día Nacional para festejarlo y otra para gratificarnos como un preparado especial: El Pisco Sour. En Ica le brindamos adicionalmente una gran y especial celebración, un homenaje colectivo a la recolección de éstos fraganciosos frutos, a la Vendimia de la Uva, en el mes de Marzo.
Tendremos entonces más de una oportunidad para reencontrarnos, varias fechas para reforzar nuestra amistad, de juntar nuestras copas y expresar nuestros deseos por vivir mejor, en una ciudad más próspera, en un país más justo. Empecemos este 26 de Julio, Día Nacional del Pisco. ¡Salud con Pisco, por que Pisco es Perú!

Foto:

lunes, 13 de julio de 2009

El Rescate de las Tradiciones

Juan Donayre Vizarreta, fue un iqueño nato, chacarero guadalupano y salupino para más señas, profesor esmerado, escrupuloso recolector de nuestras costumbres más remotas, registró con su precisa pluma y en lenguaje coloquial los datos minuciosos de las costumbres y tradiciones de la Ica antigua.

Don Juan Donayre Vizarreta es, sin duda, el folklorista más preciso de nuestra tierra, el narrador natural de la Ica que ha desaparecido sepultada por el paso del tiempo, cuyos rezagos aparecen por allí, de vez en cuando, como recordarnos lo espléndido de lo vivido en los años idos.

En la actualidad son muy pocas las personas que se enteran a través de las obras literarias de los escritores singulares como Donayre Vizarreta sobre el pasado glorioso de nuestra tierra; conocer las costumbres y tradiciones que heredamos, el signo distintivo de nuestra sociedad. Los jóvenes de hoy, sumergidos en el mar de novedades que la brinda la modernidad y el progreso no se percatan que la ingrata fragilidad de la memoria; les hace olvidar -para siempre- lo que fuimos como pueblo y como país. La felicidad está en vivir cada día, cada instante, con optimismo y a la luz de tus valores, tratando de ser felices junto con los demás; es por eso que la frase célebre toma mejor cuerpo: “Todo tiempo pasado fue mejor”.

Fueron pocas sus publicaciones las que nos heredó, pero pletóricas en detalles y su narración siempre estuvo impregnada por el gran amor que tuvo a su terruño. Fue un pintor de la palabra. Adornó con verbo fácil la descripción de los lugares comunes haciendo resaltar la belleza del campo y de la ciudad; de las costumbres, de sus gentes. Nadie como él para poner la nota colorida en el rescate de las ya olvidadas formas del folklore iqueño, la manera de hablar, de cantar, de bailar de nuestros antepasados.

Don Juan Donayre nos habló de cosas sencillas pero hermosas. Nos contó sobre la "Trilla" de las menestras, de como el pallar, los garbanzos, las arvejas o el frejol que reunía e interrelacionaba a su alrededor a muchas personas en el momento mismo de las labores agrícolas, el acompañamiento de cánticos alentadores o versos motivadores para la culminación feliz de la faena. El supo hilar fino en la narración despaciosa de nuestras costumbres de antaño, hacer magia con el verbo al explicar, por ejemplo, como se hacía "el Puro de Ica" (aguardiente de uvas) en las bodegas artesanales; de cómo eran las "Yunsas" o las "Jaranas" de los antiguos iqueños. Nos habló también de las costumbres tradicionales de las "Tablas" o los "Pichates" que unían en compadrazgos respetuosos y eternos a las familias.


Sabemos ahora que la música popular de los "Negritos" y el "Contrapunteo" en las danzas es una manera de demostrar la fraternal rivalidad, como parte de un juego exento de odios. El maestro también nos explica las increíbles curaciones del "Ojo" y el "Susto", costumbres que aún sobreviven.

Por él sabemos la vida y anécdotas de los personajes más resaltantes de antaño, las leyendas y cuentos de nuestra Ica ancestral, sobre el origen de nuestras creencias religiosas, en fin sobre nosotros mismos. Sin embargo estamos en deuda con el Maestro. No hemos podido difundir su obra en las escuelas, no le hemos dado el reconocimiento adecuado. Carecemos de una propuesta editorial oficial para la publicación de las obras de muchos artistas y literatos iqueños que han quedado olvidados. Hemos dejado pasar desapercibido lo mucho que él hizo por el fortalecimiento de nuestra identidad como pueblo, por el rescate de nuestra especial forma de ser como iqueños. Le debemos mucho a don Juan Donayre Vizarreta.

(*) Nació el 26 de Junio de 1910 y murió el 9 de Junio de 1997, a la edad de 86 años
Obras: “Leyendas y Tradiciones iqueñas” y “Campiña Iqueña, Aspectos Folklóricos”

viernes, 3 de julio de 2009

Retratistas Imperecederos




Un pueblo sin imágenes es un pueblo sin pasado. En nuestra querida Ica hemos tenido felizmente a un grupo importante de artistas que, a través del tiempo, con sus cámaras fotográficas captaron importantes momentos de nuestras vidas como ciudad y como pueblo.

Muchas de las costumbres que heredamos de nuestros mayores han sido retratadas magníficamente por estos hombres que hicieron de la fotografía, no solo un medio de vida sino también un arte, refinado y exquisito; pero felizmente, al alcance de las mayorías.


Si los cuzqueños resaltan orgullosos la prolijidad del puneño Martín Chambi y sus estampas señeras, en Ica tenemos retratistas de la vida de idéntico valor, que no hemos sabido reconocer con gratitud y oportunidad su inmenso e inestimable aporte social.

Si queremos recordar a cada uno de ellos diremos que Dacio Gutiérrez fue el primero en aparecer con las históricas máquinas fotográficas “minuteras”, allá por los albores del siglo pasado y testimonios de sus trabajos se conservan aún a través del tiempo, en aquellas fotos de ensueño, impresas en grueso cartón y en color sepia, que captaron imágenes de momentos irrepetibles de nuestra historia; Dacio nos guardó el vívido recuerdo de las muchas lagunas que Ica algún día tuvo: La Victoria, Orovilca, la Huega, Saraja, solo para enumerar las más importantes ya extintas, éstas son ahora un opaco y lejano recuerdo en nuestras memorias.

En las fotos de éstos artistas de la cámara rejuvenecen cada vez que las miramos, y disfrutamos de los tiempos idos, que jamás volverán. Eran las épocas felices de nuestros abuelos y de nuestros padres, capturados eternamente gracias a la magia de la fotografía.

Luego está la singular oportunidad de don Simón Salvatierra Cárdenas que nos asombró con sus precisas y atractivas fotos de gentes y de nuestro Cristo de Luren, él nació en Ayacucho y se adoptó como iqueño, siendo varias veces campeón de tiro en los lides nacionales representando a estas calurosas tierras; falleció a la edad de 72 años, sus restos descansan en la ciudad de Chincha.

Que podemos decir del gran maestro Don Jesús Herrera eximio artista de las fotos en blanco y negro, legando su arte y pericia a su hijo Marcelino Herrera Medrano; ambos retrataron a las personalidades más importantes de nuestra sociedad. Tampoco ellos nos acompañan.
Tobías Baltazar Ascencio Alcedo, hombre de finas maneras y trato cordial, de andar cansino y detallista sin par, quien plasmó en sus fotos, ya a color, los rasgos singulares de nuestra sociedad allá por los años de 1960 y más. Sus trabajos de fotos sociales, paisajes y edificaciones importantes de la época fueron de obligada publicación en los diarios locales y capitalinos. Oriundo del Callejón de Huaylas, se hizo iqueño de puro amor, fue empresario exitoso en el ramo de las imprentas, trajo a Ica la primera fotocopiadora de la era moderna. Falleció el 11 de Abril del 2006, a los 86 años de edad.

Juan Sadao Kuroki Jhino, hijo de inmigrantes japoneses, nació en Lima en el año de 1925, radicado por siempre en nuestra ciudad; impuso un estilo único, minucioso y exacto en los acabados, en el arreglo y la pulcritud de sus imágenes. Era el retratista social más solicitado, nunca nadie pudo superar –menos igualar- aquella histórica foto, que con paciencia oriental pudo captar, durante una irrepetible tempestad que sorprendió a todos los iqueños, ocurrida el 7 de septiembre de 1952, en la que magistralmente captó el momento preciso en el serpentear de los rayos, cual hinchadas arterias fosforescentes iluminaron el oscuro cielo, definiendo en éste parpadeo del lente, la silueta del templo más importante de la fe católica de Ica: el Luren. El también campeón master de natación, el amigo cordial, locuaz y siempre sonriente nos dejó para siempre el 19 de Abril del 2008.

Los iqueños de todos los tiempos tenemos una deuda moral con todos estos valiosos hombres que, ahora reunidos en el recuerdo de todos aquellos que los estimábamos, dialogan entre ellos sobre técnicas, sobre procesos fotográficos y sobre la camaradería entre los que amaron las fotos.

A pesar del tiempo transcurrido es oportuno, todavía, realizar un homenaje sincero y colectivo por parte de los gobernantes de turno; este reconocimiento deberá efectuarse sin omitir a ninguno, sin escatimar esfuerzos, ni esconder los agradecimientos justos para estos artistas sempiternos de la imagen, hacedores de maravillosas estampas en placas emulsionadas con partículas de plata, que supieron con maestría, inmortalizar innumerables momentos de nuestra común vivencia citadina y honrar sus esfuerzos de legar a las futuras generaciones, a través de sus imágenes, la evolución social de un pueblo.

Proponemos por tanto, a manera de enmienda civil, rescatar sus legajos del olvido e instituir el Primer Archivo Fotográfico de la Ciudad de Ica., ésta será una biblioteca de imágenes que compilará en gráficos toda la historia de los iqueños a través del tiempo.
Foto: aparece don Juan Kuroki Jhino

miércoles, 1 de julio de 2009

La Tradicional Gastronomía Iqueña



La buena comida siempre ha sido un distintivo entre todos los iqueños. Comemos en porciones grandes y de calidad. Esta inclinación sibarita la hemos heredado de nuestros abuelos.

Cuando los españoles llegaron a nuestras tierras trajeron no solo sus costumbres e idioma, sino también sus comidas y los insumos para su preparación. En más de una oportunidad adaptaron los insumos nativos en sus recetas. La comida ibérica venía ya influenciada por la comida arábiga y mediterránea.

Esta mescla de olores y sabores fue una constantes en toda nuestra historia como país. Hemos recibido influencia de la comida negra, china, japonesa y por supuesto la herencia materna del incario. Tenemos una comida única, distinta, inigualable, acrisolada entre tantas manos maestras, la comida es para los peruanos no solo una necesidad sino un placentero disfrute y también un orgullo.

Los iqueños hemos aportado también a esta alacena de recetas, productos e insumos. Por ello no hay mejor menestra en todo el Perú que la iqueña; sean éstos los rollizos pallares, los estilizados garbanzos o los populares frejoles, sean negros, amarillos, rojos o castizos. Un sinfín de platos desfilan en base a éstos productos, solos o combinados, en ensaladas, escabeches, con carnes o pescados. Con todo sabe bien, mejor aún si una o más copas de pisco o vino de nuestras bodegas acompañan el festín.


Los desayunos domingueros no serían tal sin el infaltable tamal, con carne de puerco o de gallina, envueltos en su donosa hoja de plátano. Al mediodía los chicharrones o el refrescante cebiche en mil presentaciones. O la estupenda sopa de gallina de chacra que nos revitaliza luego de una noche festiva; como todavía no hemos entrado al almuerzo, -¡agárrense que viene lo bueno¡- una sopa seca de Chincha es un plato demoledor, juntando la carapulcra y los tallarines aliñados con el orégano perfumado.


Que rico hemos probado un arroz con pollo, verdecito con su salsa criolla y al lado su ají machacado. Ni hablar de los platos marinos que enumerarlos me faltaría papel y tinta. Por ello digo, los iqueños comemos bueno, bonito, barato y bastante.

Si de manjares, refrescos o dulces, se trata empezaremos por el frejol colado, servido a la antigua, en potito de calabaza seca, sellados con su costra de azúcar. También la mazamorra de uva que se come con leche fresca al lado; los dulces de garbanzos son únicos, los quituscos de yuca, las humitas de maíz blanco con su toque de manjar al centro, ni hablar de las tejas multisabores encapsuladas en su azucarado blindaje blanco, que ahora hemos industrializado o los tradicionales toritos con manjar, los panes con camisones, los delicados besitos, las engreídas paciencias o las crocantes revoluciones que se han hecho famosas más allá de nuestras fronteras. Ica es toda una delicia para el buen comer.