Los estudios técnicos que actualmente se efectúan para verificar la estabilidad de los cimientos o bases sobre el cual se ha edificado el templo de nuestro Señor de Luren engrosa el rosario de análisis similares a la que ha sido sometida esta bella edificación religiosa, desde que el terremoto la afectó. Esta vez parece que COSAPI, la empresa encargada para la demolición, prepara los trabajos previos.
Los vecinos de esta ciudad están atentos, la feligresía en inmensa mayoría no desea la desaparición forzosa de éste ícono; por supuesto el Obispado y sus voceros hacen mutis, cuando debería informar puntual y diáfanamente sobre lo que está ocurriendo. Existe una calma tensa, soporífera, las especulaciones en todo sentido crece, el Comité alistaría una respuesta en la posibilidad que se fuerce la alternativa de demolición que amenaza al Santuario de todos los iqueños.
Estamos a 4 meses para cumplir el tercer año de invalidez. La Santa imagen del Cristo Crucificado pasó al lado de su templo inhabitable esta semana santa. Un dolor generalizado sacudió a la muchedumbre que acompañaba el anda, que con paso triste, con música mustia y ondulante entristecía aquel mediodía, dirigiéndose a una Casa que no es la suya, prestada, provisoria, momentánea, que aloja a tan digno inquilino: estado que se vuelve indefinido, y a veces parece definitivo, perpetuo. En estos tiempos de velocidad en las comunicaciones, nada se dice de lo que se está haciendo, un velo misterioso envuelve las decisiones del prelado local, desde que llegó de su natal Chiclayo.
NR: artículo publicado en el Diario “La Voz de Ica” fechado el 16.04.2010
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