Decía recientemente que comprometerse en lograr 50 mil firmas para el Salvamento y la Restauración del Santuario de Luren será un propósito que convoque a la gran mayoría de iqueños y no iqueños, identificados espiritualmente con el rescate de nuestro pasado histórico inmediato.
Y decía que esta campaña la debemos empezar por casa, entre nuestras familias, entre nuestros vecinos de barrio o comunidad, entre nuestros compañeros de trabajo y la gente que estimamos, confiándoles por que buscamos recuperar lo que arbitrariamente se nos quiere quitar, como pueblo y como ciudad. Durante casi dos años se ha demostrado palmariamente que este edificio religioso (nuestro templo, nuestro Santuario) es factible de restañar sus heridas, de fortalecerlo y presentarlo en toda su magnificencia, para el Santo Patrono de todos los que vivimos en estas tierras; los arquitectos, ingenieros y especialistas restauradores del país y del extranjero han fundamentado largamente sus razones técnicas, de ello no existen dudas. Otra cosa es que se desechen estas propuestas por qué no encajan en las pretensiones modernistas del Obispo local.
Debemos empezar por tener uno o dos planillones y hacer firmar entre las personas de nuestro entorno y abrir luego a nuestra vecindad, con un poco de paciencia y perseverancia lo lograremos. Un aforismo dice que: Un viaje de mil leguas empieza dando el primer paso. En otros escenarios contar con 50 mil firmas se pueden solicitar modificaciones constitucionales, ganar una elección provincial o regional, o tal vez, llegar hasta el mismo Vaticano para revocar, para desandar lo que hasta ahora se ha hecho mal. Este esfuerzo si vale un Perú.
NR: artículo publicado en el Diario “La Voz de Ica” fechado el 14.04.2010
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