Hace poco tuve la grata oportunidad de conversar con un grupo de distinguidas damas sobre temas relacionados con el Santuario de Luren, fue una charla amena, didáctica y hasta emotiva. Una de las señoras me dijo, en tono de sana reprimenda que al constructor del Santuario de Luren no debería de llamarlo “Maestro” en la columna de opinión que aparece en este diario, porque pareciese que lo compararía peyorativamente con el “maestro zapatero”, “maestro pintor” y cuantos otros “maestros” existen para la práctica de múltiples oficios en la actualidad y que el constructor del hermoso templo de nuestro Santo Patrono no merecía un trato semejante.
Por supuesto yo disentí y aclaré el por qué del adjetivo calificativo; que hoy deseo ampliar un poco más. Decirle “MAESTRO” al patricio iqueño Alberto Cierra Alta Herrera no es rebajarlo, al contrario es poner en su correcta ubicación el trabajo, la sapiencia, la habilidad y la entrega de un hombre que hizo de su vida un ejemplo para muchos. Don Alberto no tuvo un título o grado universitario que pudiera acreditar su pericia en construcciones (además por sus obras, no las necesitaba), todos los títulos se los gano en la práctica y no en la teoría, que a veces puede resultar fácil y veleidosa. Fue un brillante autodidacta, hombre leído y versado en asuntos técnicos, eso es incuestionable y ajeno a toda duda.
Pero miremos un poco la historia universal para saber a quienes llamaron “Maestro”. En muchas religiones el término “Maestro” ha sido aplicado a los guías espirituales cuyas notables enseñanzas han perdurado a través del tiempo, así fueron llamados en su momento: Jesús, Buda, Mahoma, Confucio y Lao Tse. En todas partes del mundo, según sea el país o cultura, este término tenía un sinónimo de alta estimación; así en Japón su equivalente era Sensei y Gurú en el hinduismo. En algunas instituciones filosóficas y asociaciones filantrópicas, el término “maestro” se refiere a un grado simbólico, jerárquico que también tiene relación a la trascendencia post mortem, por ejemplo entre los masones. En el deporte ciencia, el ajedrez, obtener el Grado de Maestro Internacional requiere mucho esfuerzo y capacidad. En la educación básica regular a nuestros distinguidos profesores los llamamos cariñosamente “Maestros” y se conmemora su día en muchos países de habla hispana (como Maestro y no como Profesor); por ejemplo: México (15 Mayo), Perú (6 Julio), Uruguay (22 Septiembre), Chile (16 Octubre), España (27 Noviembre) y el Día Panamericano del Maestro se celebra el 11 de Septiembre. También dentro de los varios grados universitarios, luego del Bachillerato y del Título Profesional está el de Magíster, adoptado del latín y significa Maestro.
Finalmente, en sentido general, éste término reconoce en personas excepcionales una habilidad extraordinaria en una determinada área del saber, con capacidad de enseñar y compartir esos conocimientos; por tanto, a Don Alberto Cierra Alta Herrera, con justeza lo podemos llamar “Maestro”, porque sus obras han trascendido durante su vida y después de su muerte. Decirle Maestro es un homenaje, no un adjetivo que lo descalifique. Maestro significa Honor.
NR: artículo publicado en el Diario “La Voz de Ica” fechado el 07.04.2010
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