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La nueva propuesta obispal para demoler el histórico Santuario de nuestro Señor de Luren y volverlo hacer, “igualito” pero “más ancho y más largo” es una alternativa peligrosa y desafiante a la inteligencia de todos los iqueños. Nos quieren dar gato por libre para contentar a sus críticos.
Nunca se podrá tener un templo más grande y más largo, como quiere el Obispo, si antes no se derriba, si no se destruye totalmente al primero, al templo original. El cambio que se propone el prelado tiene una careta engañosa, aparentemente bueno: te hago el “mismo templo, igualito, con la misma cara, pero con el cuerpo más grande”. Esta deformación estructural que se pretende es lo que hacen los falsificadores de huacos. Igualito, pero no original. Este Santuario no es un huaco apócrifo, es una reliquia excelsa, es el más importante patrimonio religioso edificado de todos los iqueños. Eso, todavía no lo entiende el religioso chiclayano que la jerarquía eclesiástica nos impuso como Obispo. No lo siente suyo.
Se ha demostrado hasta la saciedad, con argumentos técnicos, científicos, culturales y estructurales que el templo afectado por el sismo es pasible de RESTAURAR. Es factible rehacerlo y además reforzarlo, ponerlo más fuerte sin llegar a su radical destrucción. Pregunto: ¿Acaso, por el tiempo transcurrido, se estaría apostando para que un nuevo, más fuerte y fortuito sismo acabe con la esperanza de los conservacionistas y brinde alegría a las propuestas radicales? Mientras tanto el Cristo de Luren, impertérrito, observa silencioso el desenlace.
Nunca se podrá tener un templo más grande y más largo, como quiere el Obispo, si antes no se derriba, si no se destruye totalmente al primero, al templo original. El cambio que se propone el prelado tiene una careta engañosa, aparentemente bueno: te hago el “mismo templo, igualito, con la misma cara, pero con el cuerpo más grande”. Esta deformación estructural que se pretende es lo que hacen los falsificadores de huacos. Igualito, pero no original. Este Santuario no es un huaco apócrifo, es una reliquia excelsa, es el más importante patrimonio religioso edificado de todos los iqueños. Eso, todavía no lo entiende el religioso chiclayano que la jerarquía eclesiástica nos impuso como Obispo. No lo siente suyo.
Se ha demostrado hasta la saciedad, con argumentos técnicos, científicos, culturales y estructurales que el templo afectado por el sismo es pasible de RESTAURAR. Es factible rehacerlo y además reforzarlo, ponerlo más fuerte sin llegar a su radical destrucción. Pregunto: ¿Acaso, por el tiempo transcurrido, se estaría apostando para que un nuevo, más fuerte y fortuito sismo acabe con la esperanza de los conservacionistas y brinde alegría a las propuestas radicales? Mientras tanto el Cristo de Luren, impertérrito, observa silencioso el desenlace.
Artículo aparecido en la columna "En pocas Palabras", publicado por el diario "La Voz de Ica" el 14-09-2009
Dibujo: Alvarito
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