El 30 de agosto del presente año, el arquitecto Rodrigo Córdova Alemán en entrevista concedida para el Suplemento “Domingo” del diario “La República” puso el dedo en la llaga respecto a la desesperante parsimonia que las autoridades eclesiásticas de Ica han adoptado para tratar, a paso de tortuga, de resolver el problema crítico del Santuario de Luren herido por el terremoto del 2007.
El distinguido restaurador graficó el desdén del Obispo de Ica en una sola frase: “desde que ocurrió el terremoto ni siquiera se ha puesto un palo de escoba para apuntalar el templo”. Hemos opinado en esta columna que las cosas se solucionan pronto y exitosamente cuando se quieren, cuando existe la voluntad y el cariño por encontrar las soluciones. Y para esto hay que convocar a todas las fuerzas posibles para logar el objetivo. Lamentablemente han pasado más de 25 meses desde el luctuoso terremoto que nos cambió la vida a todos y hasta el momento no vemos nada de nada. El Obispo, llamado a liderar la causa por la recuperación de la Casa original del Cristo Crucificado de Luren, ha pasado su tiempo fantaseando con propuestas polémicas como la fastuosa Basílica, rechazada por la misma feligresía y, en una absurda discusión de sordos contra un Comité de Iqueños que solo quiere ayudarlo –y no complotar contra su autoridad como voces ácidas susurran- y pese a todo, este colectivo insiste tercamente en colaborar con él para recuperar la casa del damnificado mayor de éstas tierras: El Cristo milagroso de Luren.
Si ya han transcurrido más de 760 días y todavía no se han retirado todos los restos de escombros del interior del templo, podemos esperar acaso que pongan siquiera un palo que apuntale el Santuario herido?
El distinguido restaurador graficó el desdén del Obispo de Ica en una sola frase: “desde que ocurrió el terremoto ni siquiera se ha puesto un palo de escoba para apuntalar el templo”. Hemos opinado en esta columna que las cosas se solucionan pronto y exitosamente cuando se quieren, cuando existe la voluntad y el cariño por encontrar las soluciones. Y para esto hay que convocar a todas las fuerzas posibles para logar el objetivo. Lamentablemente han pasado más de 25 meses desde el luctuoso terremoto que nos cambió la vida a todos y hasta el momento no vemos nada de nada. El Obispo, llamado a liderar la causa por la recuperación de la Casa original del Cristo Crucificado de Luren, ha pasado su tiempo fantaseando con propuestas polémicas como la fastuosa Basílica, rechazada por la misma feligresía y, en una absurda discusión de sordos contra un Comité de Iqueños que solo quiere ayudarlo –y no complotar contra su autoridad como voces ácidas susurran- y pese a todo, este colectivo insiste tercamente en colaborar con él para recuperar la casa del damnificado mayor de éstas tierras: El Cristo milagroso de Luren.
Si ya han transcurrido más de 760 días y todavía no se han retirado todos los restos de escombros del interior del templo, podemos esperar acaso que pongan siquiera un palo que apuntale el Santuario herido?
Artículo aparecido en la columna de opinión "En Pocas Palabras" publicado por el Diario "La Voz de Ica" el 23-09-2009
Dibujo: Alvarito
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