Una increíble polémica se ha desatado entre la feligresía activa y la jerarquía de la iglesia católica en Ica, respecto a la posible refacción o la total demolición del Templo del Luren.
Luego del terremoto que destruyó gran parte de nuestra ciudad –y otras ciudades del sur del Perú- entre la fila de damnificados que vieron afectadas sus casas, está el histórico Templo del Luren. El milagroso patrono de los iqueños sufre igual que los simples mortales, no puede habitar su casa de adoración, se halla en un precario y temporal refugio esperando que los católicos de Ica le puedan devolver su casa original.
Es aquí donde se inicia la polémica: la jerarquía de la iglesia católica, encabezada por el Monseñor de la Diócesis de Ica, quien por su silencio prolongado apuesta por la demolición y construcción de un templo nuevo y por otro lado un sector considerable de la feligresía iqueña, encabezados por personalidades preclaras de nuestro pueblo optaron por la Restauración del templo original, reconstruyendo las partes que fuesen necesarias, con materiales fuertes y modernos; pero conservando la estructura primigenia. Es decir, rescatando su condición de monumento histórico.
La respuesta de los gobernantes de turno ante éste pedido urgente para contar con la casa definitiva de la sagrada imagen ha demorado más de la cuenta. La entrega de la capilla provisional es una muestra de ello pues se hizo con las justas antes del inicio de las actividades religiosas por semana santa del presente año; amén de las observaciones y cuestionamientos que hicieron a la obra. Así mismo desde hace dos años se escuchan las trilladas promesas de los políticos de turno, todos dicen que hacer pero nadie lo plasma en los hechos, todos soslayan su responsabilidad para hacer realidad este deseo colectivo de todo un pueblo. ¿Tal vez esperan incluir al Cristo de Luren en su plataforma de promesas políticas del año electoral que recién se inicia?
La actitud de las autoridades eclesiásticas ha sido discretamente sospechosa, puesto que han abandonado el liderazgo de los legítimos reclamos de la feligresía que aspira tener en el tiempo más breve posible la casa definitiva para su Cristo moreno. El obispado acaso no ha optado por la mera gestión burocrática y el facilismo de dar su aprobación para derruir el templo herido y gestionar la nueva edificación después. Podemos preguntarnos si la cuestionada Resolución del INC, vía la Sra. Bakula, que despojara a nuestro templo de su legítimo y bien ganado título de monumento histórico no sería acaso parte de ésta misma lógica sinuosa de apostar por la construcción de un templo nuevo, con mayores gastos, pero con suculentos dividendos. ¿Se necesita ser pitoniso acaso para adivinar quienes serían los directos beneficiados de ésta radical propuesta?
Los impulsores de la Restauración del templo saben que tienen una gigantesca tarea por delante, están conscientes que la convocatoria a las Vigilias permanentes es solo el inicio del despertar de la feligresía en el reclamo de sus legítimos derechos. Recuérdese que la hechura original del templo del Luren fue una gestión comprometida del pueblo, conducida por “La sociedad de los 16 Amigos”. De ellos partió la iniciativa y ellos concluyeron la obra. El clero solo supervisó el esfuerzo de quienes apostaron por un santuario digno.
Luego del terremoto que destruyó gran parte de nuestra ciudad –y otras ciudades del sur del Perú- entre la fila de damnificados que vieron afectadas sus casas, está el histórico Templo del Luren. El milagroso patrono de los iqueños sufre igual que los simples mortales, no puede habitar su casa de adoración, se halla en un precario y temporal refugio esperando que los católicos de Ica le puedan devolver su casa original.
Es aquí donde se inicia la polémica: la jerarquía de la iglesia católica, encabezada por el Monseñor de la Diócesis de Ica, quien por su silencio prolongado apuesta por la demolición y construcción de un templo nuevo y por otro lado un sector considerable de la feligresía iqueña, encabezados por personalidades preclaras de nuestro pueblo optaron por la Restauración del templo original, reconstruyendo las partes que fuesen necesarias, con materiales fuertes y modernos; pero conservando la estructura primigenia. Es decir, rescatando su condición de monumento histórico.
La respuesta de los gobernantes de turno ante éste pedido urgente para contar con la casa definitiva de la sagrada imagen ha demorado más de la cuenta. La entrega de la capilla provisional es una muestra de ello pues se hizo con las justas antes del inicio de las actividades religiosas por semana santa del presente año; amén de las observaciones y cuestionamientos que hicieron a la obra. Así mismo desde hace dos años se escuchan las trilladas promesas de los políticos de turno, todos dicen que hacer pero nadie lo plasma en los hechos, todos soslayan su responsabilidad para hacer realidad este deseo colectivo de todo un pueblo. ¿Tal vez esperan incluir al Cristo de Luren en su plataforma de promesas políticas del año electoral que recién se inicia?
La actitud de las autoridades eclesiásticas ha sido discretamente sospechosa, puesto que han abandonado el liderazgo de los legítimos reclamos de la feligresía que aspira tener en el tiempo más breve posible la casa definitiva para su Cristo moreno. El obispado acaso no ha optado por la mera gestión burocrática y el facilismo de dar su aprobación para derruir el templo herido y gestionar la nueva edificación después. Podemos preguntarnos si la cuestionada Resolución del INC, vía la Sra. Bakula, que despojara a nuestro templo de su legítimo y bien ganado título de monumento histórico no sería acaso parte de ésta misma lógica sinuosa de apostar por la construcción de un templo nuevo, con mayores gastos, pero con suculentos dividendos. ¿Se necesita ser pitoniso acaso para adivinar quienes serían los directos beneficiados de ésta radical propuesta?
Los impulsores de la Restauración del templo saben que tienen una gigantesca tarea por delante, están conscientes que la convocatoria a las Vigilias permanentes es solo el inicio del despertar de la feligresía en el reclamo de sus legítimos derechos. Recuérdese que la hechura original del templo del Luren fue una gestión comprometida del pueblo, conducida por “La sociedad de los 16 Amigos”. De ellos partió la iniciativa y ellos concluyeron la obra. El clero solo supervisó el esfuerzo de quienes apostaron por un santuario digno.
Hoy día, la responsabilidad de los ciudadanos que comandan ésta iniciativa por la Restauración es enorme. Ellos tendrán que convocar, organizar, planificar y controlar las acciones para que se respete la decisión de llevar a cabo la conservación del monumento original. Muchos de los que ahora convergen en las Vigilias son descendientes directos de los protagonistas por la restauración de la imagen carbonizada del Cristo de Luren y la edificación original del templo, hace 90 años atrás. Los hijos y nietos de don Alberto Cierra Alta, Julio Cañedo, Alfredo España, Isidoro Mendoza, Fortunato Destéfano, Carlos Ramón Moyano, Jesús Silva, Francisco Caso y muchos más. La sola presencia de aquellos que guardan las historias personales de sus antecesores en ésta hermosa obra, orgullo de los iqueños repartidos por todo el mundo, es el aval y garantía de que las acciones reivindicatorias emprendidas son correctas.
Foto: Juan Kuroki Jhino
Este artículo se publicó en el diario "La Voz de Ica" con fecha del Jue. 07 mayo 2009
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