lunes, 26 de octubre de 2009

¿Es Anticlerical quien defiende sus derechos? I Parte


Cuando no existen argumentos para rebatir ideas se recurre al insulto. Cuando no se puede responder con sinceridad y oportunidad a las observaciones puntuales y/o cuestionamientos fundados que se efectúan hacia algunas autoridades, inmediatamente saltan los infaltables acólitos, los que tienen vocación innata para la franela y el incienso para adjetivizar, para ofender, a los contrarios, pretendiendo desnaturalizar lo que se reclama.

Quien escribe esta columna, ha manifestado más de una vez su desacuerdo y su rechazo a las equivocadas decisiones que en los últimos dos años viene adoptando el Obispo de Ica, en su intención de demoler, de destruir al histórico Santuario de Luren. Hacerlo, hemos dicho, será un atentado contra la identidad cultural de todos los iqueños –católicos y no católicos- y a pesar de la inmensa cantidad de razones científicas, históricas, culturales y sociales exhibidas, por instituciones, profesionales y personalidades del país y del extranjero, que han manifestado inequívocamente que el Santuario es pasible de RESTAURARLO Y REFORZARLO, el prelado local, desoyendo estas recomendaciones y el clamor de la ciudadanía, insiste en demoler parte de nuestra historia como pueblo. Y por decir esto, en voz alta, de manera sincera y sin odiosidades, algunos seguidores de las propuestas destructoras, tildan al suscrito de “anticlerical”. Ser anticlerical, por definición, es ser antirreligioso, y eso no se da en este caso. Las decisiones de la jerarquía eclesiástica, en temas de dogma y fe no admiten cuestionamientos. Lo que se censura aquí es a la errada decisión administrativa del Obispo, de echar abajo al principal ícono de la religiosidad iqueña, sin tener una sólida justificación que lo ampare.

No creemos que estas voces corrosivas, atemporales y hepáticas tengan auspiciadores oficiales; pero es una señal de alerta ante la poca permisibilidad de las ideas y las opiniones. Pero también nos dice que lo dicho en esta columna, en las últimas semanas, respecto al salvataje del Santuario de Luren herido, va por buen camino. Además tenemos más diez mil razones, para persistir en nuestro propósito. Y a los intolerantes, tranquilos, que ya no estamos en la edad media y la Santa Inquisición es parte del pasado.

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