viernes, 28 de enero de 2011

LAS RESTAURACIONES TIENEN ÉXITO EN TODO EL MUNDO


Los que levantamos la propuesta de la RESTAURACIÓN como alternativa confiable para salvar de la desaparición física al Santuario de Luren, herido por el terremoto del 2007, lo hacemos convencidos que estamos optando por una salida sustentada por opinión de profesionales de incuestionable prestigio, refrendados por cientos de exitosos trabajos restauradores efectuados en todo el mundo.

Aplicar las actuales técnicas de restauración en el Santuario de todos los iqueños implica la utilización de materiales modernos que nos facilita la tecnología constructiva, permitiendo que le den el reforzamiento y sustento a las partes a recuperar pero manteniendo las características originales de la edificación (concreto armado, fierro, uniones metálicas, elementos estructurales de refuerzo antisísmicos, etc.). Tendremos que desterrar de una vez y para siempre aquel mito malicioso y soterrado que difunde temores inadmisibles. Ese es el argumento del cobarde, del que dice -para asustar y crear tirrias- que aceptar la alternativa de la restauración es como “pegar con saliva y cinta scoch las estructuras dañadas y al menor temblorcito se desplomará”. Eso es falso de toda falsedad. Si esto fuera cierto, la restauración practicada en la Catedral de Arequipa, que recuperó sus torres y parte de su bóveda dañada por el terremoto del 2001, sería ahora un fracaso, considerando que también se encuentra en zona sísmica. O la exitosísima restauración de la Basílica Superior de San Francisco de Asís ubicada en la región de Umbría (centro de Italia) tras el terremoto ocurrido el 26 de septiembre de 1997. Igualmente la restauración que se encuentra en proceso de los antiquísimos y bellos edificios religiosos de Abruzzo, zona montañosa de Italia, donde aconteciera un calamitoso terremoto en Abril del año pasado, monitoreados por el mismísimo Papa Benedicto XVI. ¿Por que funciona la restauración en Arequipa y en Italia y en Ica no? Esa es una pregunta que el purpurado local aún no puede responder. Las restauraciones realizadas por profesionales siempre son sinónimo de garantía. Decir lo contrario es faltar a la verdad.

En el proceso de Restauración que se propone también se incluirán sectores que tendrán que hacerse nuevamente (el frontis, la torre, la zona del coro y soto coro). Sería gracioso e infantil sostener que se pueda restaurar estas partes cuando ya no existen. El resto es factible de restaurar, reforzarlo y ponerlo en valor. Por ello es ésta lucha pacífica y silente, por tomar la alternativa correcta, analizada e informada al detalle. No es el seguidismo ciego hacia salidas que no resisten críticas y hacen agua por doquier. Los iqueños hemos venido esperando más de dos años para asumir la alternativa correcta. La que enarbola hoy el Vicariato no es lo que espera la feligresía. La restauración es recuperar también nuestra tradición como pueblo, es respetar nuestra identidad cultural. Ser iqueño no es un mero acto declarativo eufemístico, dicharachero o emotivo; es una toma de conciencia vital, para convivir en esta tierra, compartir con nuestra gente, asumir responsablemente nuestras costumbres, comulgar en nuestra fe.

NR: Este artículo se publicó en el diario “La Voz de Ica” el 27-01-2010

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